lunes, 10 de junio de 2013

Negociación en la oficina (I) (Verbastimulu - Depravata)

Un nuevo día deparaba a Bárbara y a su marido Enrique en la oficina. Trabajaban juntos, aunque en departamentos diferentes, pese a que antaño, antes incluso de ser pareja, compartieron mucho más estrechamente quebraderos de cabeza profesionales, y no tan profesionales... En especial cuando se tenían que quedar hasta tarde para preparar los "informes finales". Entre informe e informe, se solían tomar el consabido descanso, acompañado de una sucesión de estímulos del cariz más caliente imaginable. Así, entre polvos clandestinos en la oficina, se fue fraguando un amor, basado en el deseo, en la necesidad mutua de sentirse el uno con el otro, que culminó en un matrimonio.


Un matrimonio otrora feliz y pleno, pero que recientemente iba sintiendo el pulso del desgaste, de la carencia de vivencias estimulantes, castigado por la rutina y las presiones laborales y encima alimentado por la falta de reoce entre ambos, desde que Bárbara fue destinada a otro departamento. Ya no habría informes juntos ni podrían cooperar. Les quedaba un ritmo de trabajo común y un amasijo de responsabilidades absorbentes que hacía que fueran espaciandose en el tiempo los ratos sexuales entre ambos,


La pareja, eso sí estaba de muy buen ver. Ella, quitaba el hipo a todos los compañeros de la oficina y los coqueteos eran una constante y una rutina de su jornada laboral. Él era objeto de las fantasías de las más jovencitas de la oficina, en especial de las becarias, y era codiciado por algunas de sus compañeras por su atractivo y su estilo. Todas ellas pensaban que la golfa y puta de Bárbara por el simple hecho de haberse ligado y finalmente unido en matrimonio con Enrique. Todas ellas la miraban de arriba abajo con furtiva envidia. Bárbara lo sabía y se sentía grandiosa por ello. Por haber sido la que poseyera al semental de su marido, por ser la que lo cabalgara, lo follara y le amara.



El peso de la rutina hizo que Enrique se fijara en una becaria morena, dicharachera y de mirada un tanto entre juguetona y sucia. Una chiquilla de esas que se sabe que han sido tocadas por un talento natural para poner cachondos a los tios, y que a ellos les resulte de lo más sencillo imaginarsela mamando el respectivo rabo o brincando con su perfectamente depilado coñito sobre una polla bien erguida y con deseos de hacerle saber a esa jovencita que lo que era en realidad no es otra cosa sino una puta viciosilla que roza el ninfomanismo. Así le veían todos los compañeros en la oficina. Los tenía a todos intelectivamente cachondos, y no se salvaba ninguno que no hubiera tenido sueños eróticos con esa criatura. Enrique, lógicamente no era de piedra y tonteaba constantemente con Vanessa, la becaria aludida.



En cierta ocasión, Bárbara subió a la planta de Enrique y pudo ver con sus propios ojos cómo la ramera de esa becaria le hablaba, desde su asiento, con una pícara sonrisa a su marido, el cual estaba de pie, e incluso le tocaba el brazo y el bolsillo del pantalón:

- Cuando quieras me preguntas lo que necesites, Vanessa.
- Entendido Enrique, te lo tendré en cuenta y no dudaré en preguntar lo que necesite,... aunque me parece que me hará falta mucha ayuda ... tuya -- En ese momento la mano de Vanessa casi se cuela en el bolsillo del pantalón de Enrique, en un conato por sobar lo que pudiera del cipote de su mentor.
- Uuuuuhhhh,.... tu quieres algo más que mi... ayuda
- Enrique,... te lo tengo que confesar,.... yo,... quiero MUCHA ayuda tuya.... ayuda en PROFUNDIDAD. ¿Crees que podrías?
- Uffff,... encanto,... no me pongas nervioso...
- Nervioso, ¿a ti? Jajajajaja, permíteme que dude que te pongas nervioso... Un hombre tan atractivo como tu, tiene que estar acostumbrado a muchas mujeres,... seguro que no te pondrías nervioso conmigo... No te lo permitiría....



En esos momentos irrumpió Bárbara en la escena y rompió de cuajo la situación. Enrique medio resoplaba por sentirse aliviado ante la aparición de su esposa, medio resoplaba por estar recibiendo una soberana invitación de liarse con un bombón de hembra.... En cualquier caso, en su mente se empezaba a gestar la posibilidad de saciar el apetito de aquella ricura aprovechando cualquiera de las infinitas circunstancias que la dinámica laboral le brindara. Bárbara no hizo mención alguna a lo que había presenciado y reclamó a su marido con un gesto de su mirada para hablar con él aparte.

- ¿Qué de ligoteo en el trabajo? Mnudo granuja estás hecho. Ya se que eres un cerdo con la bragueta floja. Lo único que no quiero es comerme las babas del coño de esa fulanilla cuando te chupe tu rabo, so cabrón! Y menos caso a las novatillas y más caso a tu mujercita, ¿acaso te olvidaste que soy tu puta?
- ¿Pero has visto lo zorrita que es? Me chifla. Pero no te preocupes,... no creo que caiga. Esta es de las que mucho hablar pero luego se cortan y no quieren hacer nada de nada.



Bárbara miró con incredulidad a Enrique, y le retó a que sostuviera lo que estaba diciendo:
- Bueno, ya veremos si me la trinco. Bárbara, que andamos muy liados últimamente en el departamento,... con esto de la crisis, se nos acumula el trabajo...

Bárbara se marchó, tras tratar con él un asunto de trabajo, pero dejando a su marido con la entera sensación de que ella sabía que acabaría tirandose a la becaria de su oficina. El cerdo de su marido tenía que recibir una lección magistral de zorrerío de su parte, Así que urdió un plan, en segundos, para demostrarle a ese cabrón quien es la más puta de todas. Ella. Y su determinación fue hacer que no le quedara a su marido duda alguna. Y, por supuesto, ella misma, por pura afición al morbo, iba a descubrir el sitio y momento exactos en los que el golfo de Enrique pretendía encalomarse a Vanessa, la becaria. "No hay nada más previsible que un hombre", se decía a sí misma. "Aunque no quiera, acabaré pescándole con esa furcia".



Nada más regresar a su área de trabajo, a Bárbara le aguardaba una complicada reunión en la que iban a negociar un contrato estratégico. En ella estaban depositadas buenas dosis de confianza, por parte de sus mandos. Recogió sus notas y su portátil de su escritorio y se dirigió a la sala de reuniones. Allí le estaba esperando un colega suyo junto con la visita que habían recibido, un representante de la compañía con la que tendrían que cerrar sin más demora los aspectos esenciales de ese acuerdo. Allí estaba él, un seductor nato, aguardando el momento,.....



(Continuará)




lunes, 3 de junio de 2013

Las miradas de la Lujuria (Verbastimulu)

Te miraste a ti misma a través del espejo mientras realzabas con maquillaje el poder sensual y
morboso de tu mirada. Sabes que arrebatas. Sabes que una mirada inteligente puede hacer lo mismo
contigo y conquistar tus deseos, y hacer que te sientas dulcemente indefensa ante lo que el poseedor
de esos ojos que te contemplan te podría hacer sin contemplaciones,… te encantaban esa clase de
pensamientos mientras continuabas protegiendo con cacao transparente tu labios, otro de tus bien
conocidos atributos especialmente acompañado de una sonrisa, que junto con tu mirada bien podría
ser un cóctel explosivo. Un agitado cóctel.


Hoy te sentias destructora. Poderosa. Matadora. A la vez que insolente. Y eso te encantaba. Tu aura
se expandía con esa sensación de poder que se siente cuando una se siente más guapa que nunca. Tu
delicioso cuerpo lo habias vuelto a envolver en esas finas y ceñidas prendas que tan bien colorean
tus curvas y las vuelven calladamente insinuantes. Ladrona de pasiones. Así es como te querías ver.
Quedaba poco para que tu y tus amigas os encontrarais en breve en el punto de encuentro habitual.
Primero llegó una, luego otra y poco a poco se fue congregando el pequeño grupo de cinco o seis
amigas. Algún que otro chico estaba presente también, invitado por alguna de tus inseparables
amigas. Pero estas compañías pasaron desapercibidas para ti, pues estabas concentrada en saludar y
charlar con tus amigas, apreciando lo guapas que estaban e intercambiando positivismo con ellas.
Por fin llegasteis a uno de los clubs que más frecuentabais. En seguida el ritmo del house os
invadió, la cadencia africana y el martilleo atábico te volvió a recordar el instinto tribal que reina
dentro de ti y suponias que en el resto de la humanidad también. Un instinto tribal realzado por el
oscuro y sugerente entorno de neones, diodos luminiscentes, parpadeantes y pequeñas pero potentes
bombillas,… Te acercastes a la barra a tomar algo, junto con una amiga,… y allí vistes cómo una
mirada te observaba… fugaz. La vistes perfectamente clavada en ti,… menos de un segundo de
intensidad, alumbrada por un flash coincidente en el momento, entre la multitud enfebrecida por la
progresiva transición musical que se avecinaba y que provocaba el ensalzamiento de la liberación.
El momento perfecto para mirar y ser mirado.

Te tomastes esa copa a la par que el ritmo iba subiendo por tus piernas, tus bien torneadas piernas,
como un amante en su aproximación, e iba ocupando tus articulaciones flexibilizadas por el trago,
haciendolas más elegantes, liberando movimientos repletos de sensualidad y femenina destreza. Y
en otro flash… lo vistes a él. Esos ojos. Fijos en ti. Hasta que la oscuridad del local lo volvió a
esconder. Lo vistes en la barra, en el lugar donde hace un rato te encontrabas. ¿Sería capaz de
olfatear tu aura, tu presencia? Te inquietaba ligeramente ese segundo encuentro.

- Bárbara,… ¿has visto cómo te miraba ese? No ha parado de mirarte en un rato…
- ¿Quién dices, yo no veo a nadie?
- Uy, si, es que ya se ha ido,…. Ya te diré quien es. A lo mejor te gusta y todo eh???

El saber que alguien te podía estar escrutando silenciosamente, tantear tus formas en su intelecto,
acariciar con sus visiones tus pechos, lamer con sus ojos tus nalgas, frotar con sus miradas tus
caderas,… te hacía sentirte deseada,… recompensada por gustarte a ti misma, por sentirte más
conquistadora que nunca.

Sin saber cómo comenzastes a bailar secretamente para él. Sin saber quién era. Sin saber más de él
que los exiguos fotones que arrojaron sus brillantes iris hacia ti en un par de instantes. Te sentías
diosa, tus brazos tanteaban tu cuerpo con el baile en una liberadora danza, tu cintura se contoneaba
del modo más sensual al ritmo marcado por el DJ, tu cuerpo entero se sentía articulado por las
vibraciones, por los impulsos acústicos que inundaban la pista de baile. Deseabas ser observada,
deseabas que volvieran a caer hacia ti esa mirada de nuevo.

Otro flash cruzó vuestras miradas, justo cuando la multitud no bloqueó la visión directa. Sabias que
era él por esa forma de observar, penetrante y un tanto descarada. Atrevida, osada,… inteligente.
Por eso la pudiste discernir entre otras que contemplaban tu cuerpo danzante. Se estaba
aproximando a ti, y eso no psarecía importarte. Más bien al contrario. Sin querer evitarlo tu misma
te comenzastes a sentir tu piel y tus pensamientos sugestionados por el implacable acercamiento,
silencioso, intrigante y misterioso.

Os mirasteis de frente, en la más profunda quietud que callaba vuestras bocas envueltas en el
bombeante sonido que os envolvía. Tu mirada salpicaba de curiosidad el rostro de él. Sin nombre.
Para ti era él. El hombre aparecido como una misteriosa daga cortando el ritmo de los
acontecimientos previstos para la noche. Pero a ti eso no te importaba como buena amante de los
descubrimientos. La noche te invitaba a sumergirte en la aventura de lo desconocido, de lo
inesperado, de lo que a ti te otorga la sensación de vivir por primera vez pues esa es la sensación de
sentirse viva. Leias en sus imperceptibles gestos faciales una pregunta entera dirigida hacia ti,
incrustada con sus ojos, captada en estereo por tu sexto sentido y por tu razón. Y lo que
comprendiste no dejaba pie a otras interpretaciones. Porque lo que comprendistes fueron tus propios
deseos, deseos que encienden tus profundos calores, deseos que debias satisfacer…. Te sentistes
subitamente necesitada de calor. Él, con sus verdes ojos, te estaba haciendo sentir con su mirada
indecentes caricias en tu morbosa mente. Si morbosa. Te encantaba reconocertelo a ti misma. Te
podia llegar a poner el propio concepto que tenias sobre ti misma. Y ese ser masculino que estaba
ahora frente a ti había detonado tu pequeña caja de Pandora donde cobijas tu líbido, con
prácticamente su sola presencia.



Sin más preámbulo él te acarició la mejilla mientras su pulgar se deslizaba con dulzura por tus
labios, esos que sabes exponer tan provocativamente…. Y tu contraatacaste. Le chupastes el dedo,
lo rodeaste con tus labios y lo azotastes con tu lengua, mientras os mirabais fijamente
intercambiando óptimamente el deseo. Querias ser dulcemente malévola, pues comenzabas a
sentirte encendida, caliente y necesitada de que el hombre de esos ojos te otorgara esa noche su
placer. Su otra mano tanteó tu vientre y fue recorriendo en la sombra de la oscuridad tus formas,…
acariciandote en secreto, escondidos entre los destellos, entre las parpadeantes penumbras, entre la
confusión y entre el mar de sonido.

Te sentías adherida a esa mano, que palpaba tus pezones por encima de tu ropa y que delataba tu
excitación. Le pedistes más con tu mirada. Igual que él hacia contigo, le hablabas con tus ojos, le
contabas que sus dedos te estaban castigando de placer,… le advertías que pronto aparecerían tus
quejidos y que te aproximabas al estado de incandescencia.

Te tomó de la mano y le seguiste. Aún tuviste tiempo de hacer que una amiga tuya se percatara de
que abandonabas la fiesta. Salisteis fugazmente sin armar ninguna clase de escándalo. Sin mediar
palabra.

El silencio permanecía entre vosotros. Mientras, llegasteis a un chalet situado en una zona tranquila,
pacífica, completamente apartada de la civilización. La quietud de los aromas silvestres rodeaba el
firmamento repleto de estrellas. Un camino señalizado por pequeños focos os atrajo hasta la entrada
de la aislada edificación.

El interior era diafano. Grandes cuadros o discretas esculturas del más puro estilo vanguardista
abarcaban grandes porciones de algunas paredes, mientras otras quedaban completamente huérfanas
de toda clase de elemento decorativo. Un hogar desnudo, cuyo epicentro era un conjunto de
discretos sofas blancos en piel circundando a una cómoda y espesa alfombra de color crudo. El
suelo, de mármol negro, ofrecía un toque de exotismo y de originalidad. Una chimenea, situada
cerca del centro geométrico de la gran estancia, se mostraba frente al espacio de descanso, en lugar
de la popular television. Aquel era un lugar para la evasión, como demostraba la sencillez, y la
sobriedad del contexto creado por el decorador de esa casa.

Él te tomó de tu mano y te guió hasta el sofá. Tu intuición dialogaba perfectamente con su lenguaje
corporal, sin necesidad de palabras… Te abordó por fin,… besándote en el cuello, anticipándote de
esa forma que podría ser vampiro de tu placer, bebedor de tu esencia, calmante de tus tensiones, de
tus pasiones. Te dejaste hacer. Miraste con fuerza, con la clara evidencia de que te gustan las
bocasconquistadoras de cuerpos, de que tu desboque podría ser inminente, con esa nerviosa
inyección de adrenalina que se siente cuando se toca un cuerpo nuevo…. Te magreó por encima de
la ropa,… directamente,… mientras te contemplaba el cuerpo soberano con el que la naturaleza te
había dotado,… te sobaba sobre tus pechos, mirandote a los ojos y queriendo beber tu deseo,
escrutandote el morbo en los labios,… dejaba resbalar su mano por tu espalda y caderas hasta tus
nalgas,… te sentistes tocada, muy tocada, y eso provocó en ti una reaccion instintiva que te obligó a
poner tu culo en pompa para que pudiera ser más tocado aún,… y sacastes los pitones de tus pechos
para que pudieran ser contemplados como perfectos adornos de tu cuerpo de mujer. No se dejó
esperar la reacción, pues esa provocación tuya fue respondida de inmediato con sendos toqueteos de
ambas manos de ese hombre de mirada hipnotizante. Sentías un hervor incontrolable sobre tu piel,
sobre los pezones, sobre tu pubis….

Y él se alejó sin previo aviso hasta el mueble-bar. Rápidamente preparó un par de cócteles. Te
acercó el tuyo y brindasteis. Un trago de delicioso sabor desconocido. Tan nuevo para ti como el
entorno. Tomasteis unos sorbos en aparente calma, pero sólo otorgando escasos instantes de tregua
a tu abordaje, al de tu cuerpo, al de tus deseos, al de tus piernas perfectas, al de tu silueta,…
Se colocó tras de ti para libar tu nuca, para darte calor con sus besos,… mientras te agarraba por la
cintura con sus manos…. Mientras sus dedos iban deslizandose en un dulce tanteo por tu vientre,
por tus pechos, por tu pubis,…. Recorriendo enteramente tu territorio,… colándose de vez en
cuando entre tu ropa,… recorriendote tus brazos, haciendo que se calcara sobre tu piel una marca de
placenteras y tenues caricias. Te comia el cuello, te devoraba la comisura de la boca, mientras tu
sentias su mano sobre tu cuello, mientras sentias en tus nalgas un falo erecto situandose en su
canalillo, presionando sobre ti, queriendo romper la fina separación entre tu incipientemente
humedecido sexo y la rigidez de esa verga de macho luchando por salir de su prision.
Pusistes la mano sobre sus pantalones, y otra sobre sus nalgas, presionandole contra ti,…
expresando tu deseo de ser fornicada, poseida,… rematada de placer como a una buena hembra.

Entonces todo se aceleró salvajemente, sin querer ninguno de los dos que se desperdiciara ninguna
décima de segundo sin sentir el cuerpo del uno sobre el del otro. Os desnudasteis. Os seguíais
mirando, retandoos, en un duelo de morbo donde el superviviente sería el que tuviera el orgasmo
más débil. Por eso os afanabais en expresar con vuestros gestos las más viciosas expresiones,…
para enardecer al otro. Con tu lengua, con tus labios te mostrabas provocativa, voluptuosa,…
mostrabas tus encantos jugando con ellos,… ofreciendo tus tetas haciendo que tus manos fueran sus
copas, presionándolas entre ellas, acariciando tus nalgas y mostrando tu sexo expuesto de mujer en
celo. Él te miraba con el deseo de querer entrar en tus entrañas, con el deseo de lamer con su lengua
tu monte de Venus y el cálido valle que acoges en el centro anatómico por el que circula la energía
positiva del placer.

Querias que te lamiera de una vez, y con una hábil mirada le instruistes dónde tenía que aplicar su
lengua: entre tus ingles. Y entonces comenzó no sólo a chuparte, sino a lamerte, a humedecerte, a
colocar su cara frente a tu culo expuesto, donde su boca caliente y viciosa libaba sin cesar tu coño,
mientras tu auxiliabas separando ambos hemisferios de tu culo alzado para esperar a una lengua que
te empezaba a follar, mientras tu clítoris era succionado por unos labios que obscenamente
propinaban saliva. El vicio envolvió a vuestro caliente contexto. Te giraste y agachaste para
saborear el hermoso capullo que tenias frente a ti y que te quitó el aliento. Tu dedicación hacia ese
delicioso instrumento fue recompensada con una exquisitamente sucia mirada de deseo hacia ti,…
igualmente le correspondistes con una lujuriosa pose de tus ojos clavados en los suyos mientras
continuabas la adoración de esa polla que necesitabas urgentemente sentir dentro de ti batiendo tus
entrañas, ….

Te alzastes y te ofrecistes tumbandote en el sofá, con tus piernas bien abiertas, descubriendo tu
hermoso tesoro, tu delicioso manjar ante él, que no pudo evitar volver a lamerte antes de presentar
su cimbrel ante la entrada de tu vagina, donde estuvo jugando con morboso vicio frotando su
hinchado capullo contra tus empapados labios.

Por fin entró, haciendo que su falo explorase tu interior y estirase los pliegues de tu vagina,
mezclando el calor de ambos así como las lubricantes esencias que ambos tributabais a la pasión del
momento. Pronto el pausado ritmo fue dando lugar a una cadencia mayor, donde sus embestidas
hacían que tu cuerpo entero temblase, haciendote sentir como la mayor diosa del deseo. El instinto
follador se había instaurado en vosotros y lo único que rompía el silencio eran vuestros silenciosos
y contenidos jadeos y vuestros fluidos chocando entre vosotros. Tus pezones erectos se alzaban
hacia el cielo delatando que una descomunal excitación te poseia, tu mano embadurnada de vicio
jugaba con tu clítoris con el ansia de mantenerte siempre polarizada cerc
a del orgasmo. Ese macho
se volcó hacia ti y te comió salvajemente la boca, mientras acrecentaba la fuerza y el ritmo al que se
hincaba en ti, demostrandote cuánto placer le otorgaba tu caliente coño. Y mientras tanto, te volvía
a follar paralelamente con su mirada.

Entonces te alzó y te intercambió el papel, haciendo de ti una amazona que controlaba en todo
momento cuándo y cuánto de la barra del placer de ese amante te querías incrustar hasta el fondo de
tu cueva. Te dejabas caer sobre él para sentir mejor cómo vuestros sexos impactaban el uno contra
el otro. Tu encarnado rostro mostraba la deliciosa turbación que te invadía y exponía tus tetas, ahora
embadurnadas de vicio, ante tu amante, el cual no dudó en humedecer sus dedos con tus fluidos
vaginales para calmar el hambre de lujuria de tus pezones,… A duras penas resististe sin correrte,…
pues querías hacerlo en tu posición favorita, siendo penetrada a cuatro patas como un animal,
querias sentirte completamente deseada, con un macho completamente salido y lleno de vicio y
deseo por ti, por lo que te dedicaste a lamer un falo empapado en tus propios jugos con el que te
deleitaste viciosamente.

Tu mirada hacia atrás reflejaba la capacidad de succionar pollas que tenia tu coño en ese momento.
En un momento sentistes de nuevo esa polla lujuriosa hundirse hasta lo más hondo de tu cuerpo de
hembra, de una sola estocada. Un cimbreo colosal de vuestros cuerpos atrajo más deseo a vuestros
ánimos. La música de los jadeos se había intensificado y tu sentimiento de yegua montada por un
jinete salvaje se acrecentaba a cada minuto que pasaba. Tus nalgas golpeaban en el vientre de ese
ser follador que tenias tras de ti, provocando un temblor sobre tus tetas que apreciabas de forma
deliciosa. Eras agarrada por unas fuertes manos que te atraian , que deseaban que queria que te
hundieses ese instrumento dentro de ti. El fuego se había apoderado de tus ojos, ya no eras dueña de
ti, eras una extensión de tus fibras nerviosas, eras una mera embajadora de tu mente a punto de
alcanzar el éxtasis. Y repentinamente sentistes una lengua lanzar fuertes lamidas desde tu almeja
hasta tu ano… para luego volver a atravesarte, para luego volver a mirarte, tocarte, sentirte….
Jadeabas sin cesar,… enloquecías por momentos,… dejandote ir,… dejando que se aproximara por
si sólo el placer hasta el centro de tus placeres,… permitiendo que una oleada de electrizante placer
te invadiera, … mientras exponias todo tu coño abierto para ser más penetrada,… más follada por
una verga de macho…. Hasta que sentistes un orgasmo que hizo que tu coño se deshiciera en aguas
calientes, chorreantes por tu entrepierna,… mientras sentias que una lengua recogía los restos del
néctar desprendido por tu sexo…. Mientras el hambre de sexo te había dejado derrotada por
instantes …. Pues deseabas devorar ese pedazo de carne para extraer de él hasta la última gota de su
semen…. Tus mamazos pronto dieron sus frutos, que recogistes como una golosina con tu boca,…
implacablemente…. Tu mirada fue suficiente como para derrumbar el imperio que te otorgaba el
placer.


Y ahora, yaciais en recuperación, en silenciosa regeneración, en pos de un nuevo momento de
caliente silencio….



viernes, 24 de mayo de 2013

Misiva y succión para una furcia (Verbastimulu)

Hola furcia de mis delirios,

te escribo la presente misiva para hacerte saber que no ceso de regodearme con tu tu exquisito perfume de zorra, que me envilece y me perturba hasta la saciedad, que me hace sentir que cada vez que mi mano acaricia mi sucio falo, es la tuya la que realmente se está encomendando a darme placer. Mi boca, mientras tanto ,palpa en el aire el sabor de tu entrepierna y busca y busca la fragancia de tu coño, que se abre según las oleadas de aireque hace mi lengua llegan en gorma de calor al susodicho sensor de placeres infinitos que tienes instalado entre las ingles. 

En esto que siento que aterriza la humedad sobre mi boca, que percibe algo caliente, pero que no acierto a saber bien de qué se trata, pues tengo los ojos cerrados, imaginandote conmigo. Ignoro si es tu chocho superhúmedo o si es tu boca ensalivada y caliente. Pero me da igual, porque sintiendo tu ilimitada calidez, saboreando tus esencias, absorbiendo tu cachondez, de cualquiera de las maneras, me siento en pleno contacto con tu vicio. 

Sigo y sigo hurgando con mi lengua juguetona y repentinamente siento un gemido tuyo, un quejido de gusto, de soberano gusto, y también un pequeño alud viscoso que sin duda son tus jugos que rebosan de tu raja húmeda, y que tomo agradecido como mi alimento. Te imagino retorciendote de vicio, sabedora de que es tu oficio favorito el que estás ejerciendo en estos momentos, y te imagino llena de plenitud y de vigor, en tu elemento, en los preliminares de la fornicación que se avecina, que es preludio de una conexión lasciva que no se sabe aún si acabará en un agotador y revitalizante orgasmo con mi lengua hurgando en tu culo o con mi capullo inflamado rellenandote el coño o con una clavada inmensa sobre mi cipote en la que centenares de miles de empujones en tu punto K te habrán provocado un sinfín de ráfagas de corridas.



Cómo te siento el calor de tus labios menores, hinchados a más no poder, y regocijándose de puro vicio. Te siento ya brincando levemente sobre mi boca, la cual dejo erecta, procurando frotar bien la entrada de tu raja, sin prisa, sin interés en que cese el momento. Se que según brinques, te darás cuenta, aún más cuenta de que sólo una inconmensurable ramera gozaría tanto como tu lo haces, y por eso, por guarra, por infinitamente cerda, te mereces el soberbio regalo del orgasmo.

- Ahhhhhh aaaahhhhh!!!!
- Córrete puerca del Universooo!!! MMMmmmmmm pppfssssss
- Ahhhh Ahhhhhhhh mmmmmssss
- Siiiisiiissss, vamoosss!!!! Jodida furcia!! Dame tu corrida en mi caraaa!!! Mira cómo refriego mis morros contra tu chochazoooo!!!!! Córreteeeee!! Córrete con mis labiossssss!!!!
- AAAhhhhAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!!!!

Me miras con la lascivia de tus  ojos orgasmados. Me miras a los ojos de furiosa ansia de darte placer. Me miras bajando la mirada hacia tu coño, por entre tus tetas empitonadas, observando mi boca abierta y engullendo completamente tu clítoris, tus labios menores, y sientes cómo tanteo a mis anchas tu chochazo con mi lengua, cómo te erosiono el punto G con ella, y cómo mis labios ensalivados se fruncen, en ocasiones, con tu almeja, al son de los espasmos de tus corridas, pues tu raja está hipersensible ahora que se ha emborrachado de mi boca, de mi aliento, de la humedad que emana y enama sin parar de ella, del mismo modo en que mi cipote chorreante deja un reguero de cachondez debajo de ti. 

Sabes que estoy pausando el momento, que quiero más, que es como estar en un semáforo en rojo, aguardando en esta ocasión la recuperación de tu sexo, pues sientes y sabes que mi sed de ti es infinita e ilimitada, y que, si se pudiera firmar, dejaba mi alma permanentemente succionando tu raja viciosa. Me unto la mano con mi precum, caliente, gelatinoso, fluidificante, y te lo pongo en la capsulita que envuelve a tu clítoris. Dejo que resbale, y te pajeo como si tuvieras una pequeña polla entre las piernas, te descapullo y te descapullo, te aplico mi aliento y te miro fijamente a tus grandes ojos y te jodo con toda la fuerza de mi mente.... Nada es capaz de saciar mi vicio por tu sexo. Nada. Mientras te pajeo de esa manera, te aplico mis labios húmedos, para que sientas mi mamada, mi sucia mamada, la avidez de mis labios por tu piel erógena, para que sientas una suave succión que habrá de elevarte de nuevo a la gloria de tu éxtasis, al que quiero ir contigo, conectado a tu capullo, a tu falo femenino, rebosante de terminaciones nerviosas a las que adorar con mi saliva. Me pierdo en un sinfín de círculos aplicados para ti. Me obsesiono con que este momento sea eterno, sigo el curso del sendero que te inunde de cachondez, sin mediar pausa, inicitando a tu chocho a la perdición del delirio que más te gusta, esculpiendo un nuevo orgasmo para ti, sólo para ti, único y deleitante, hasta que el coño y tu culo rebosen tanto de vicio que explote, que estalle en una nueva corrida infernal...


- AhhhhhhhAAAhhhhhhhh
- MMmmmmmmsssssssss
- PPPffffffffpppffff
- SSSSlurp.... zorra, no se puede ser más puta,.... mmmmmmm
- SSSSSiiiiiiiiiiii, Cheby del demoniooooo,..... mmmmaaaamaaammmeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!

Y no tengo deseos de parar jamás....

jueves, 28 de abril de 2011

Sesión de laboratorio (Tactile erotico - Depravata)

Por fin. El último turno de estudiantes y luego a casa. Con el grupo de alumnos que estaba entrando al laboratorio de prácticas estaba planificada una sesión de histología para familiarizarse un poco más con el uso del microscopio óptico. Algo sencillo y hasta entretenido de no ser por los centenares de veces que ya había supervisado las mismas experiencias.

  • A ver, por favor, orden. Tenemos poco tiempo y hay que ir al grano. – Decía el profesor con aburrida insistencia.

Les pidió a los alumnos desemparejados que se agruparan entre ellos para evitar tener que revisar las experiencias de demasiados equipos de trabajo.

  • Bien, vamos a empezar. Hoy vamos a ver células de la piel. Y vivas. Para eso les voy a pedir que raspen ligeramente con este utensilio en sus carrillos por su cara interna. La muestra que tome deben depositarla en el portaobjetos. Así habrán tomado una muestra de las células de la dermis de su boca.

A continuación el profesor esperó a que todos los grupos hubieran acabado de tomar las muestras que iban a ser observadas en el microscopio e instó a que colocaran el cubreobjetos sobre la muestra para comenzar a observarlas. El profesor se dirigió a uno de los grupos, en el que se encontraba una de las alumnas predilectas del profesor, Bárbara. Por esa razón él mismo quiso comprobar que se veía perfectamente bien el tejido tomado de la boca de Bárbara.

  • Veamos,… aja… que bien se ve,… fijaos, os voy a preparar el micro para que se vea perfectamente bien este conjunto de células que veo aquí,… Eh? Qué es eso???

Acto seguido el profesor retiró del microscopio la muestra que estaba observando y la hizo desaparecer, sin mayor explicación, ante la mirada atónita de Bárbara y su compañera de prácticas. Luego se dirigió a ellas y les pidió que volvieran a tomar una muestra para observarla, pero que la tomaran de la compañera, en vez de Bárbara. ¿Qué pudo ver en la muestra? Bárbara sentia una curiosidad muy grande por averiguar qué estaba pasando y por qué él no queria tomarla como conejillo de indias.

La clase de prácticas transcurrió sin mayor incidente que ese. Bárbara sin embargo sintió que no le prestaba la atención habitual. Es más parecía mostrarse esquivo y un tanto tímido. Así que al finalizar la sesión de laboratorio, ésta se retrasó deliberadamente para quedarse a solas con el profesor e indagar qué pasó mientras miraba al microscopio sus células.

  • Profesor, ¿qué es lo que había en el micro? Me gustaría saberlo,…
  • Bárbara,… mejor no.
  • Por favor, estoy completamente intrigada.
  • Deja, deja, es algo sin importancia.
  • Perfecto, si no tiene importancia,… ¿porqué no lo puedo saber?

El profesor sostuvo por unos momentos la respiración y la iluminada mirada de Bárbara la cual también volvía a hacer la misma pregunta de modo inquisitivo y a la vez con una traviesa dulzura. Tuvo que rendirse.

  • Bárbara, verás, era mejor que nadie supiera lo que vi.
  • ¿Y por qué? ¿Acaso fue algún pecado lo que se veía? ¿Mmm?
  • Más o menos, Bárbara,… más o menos. Mejor lo dejamos aquí, ¿vale?

Al profesor le recorría un sudor frío por la espalda. Por los nervios de su cuerpo. En cuestión de minutos había dejado de ver a una de sus alumnas favoritas como una estudiante más y la empezaba a ver como una mujer hecha y derecha a la que le encantaría colmar de placer. ¿Qué le estaba pasando?
  • Ni hablar. Creo que merezco saber si vio algún indicio de algo que me esté perjudicando, ¿no?
  • No, no te apures, no había nada malo. No te preocupes.
  • Entonces, ¿qué es lo que vio?
  • Bueno, Bárbara, tampoco quiero preocuparte innecesariamente, sólo te puedo decir que vi unas células que,… en fin, no son las que esperaba.
  • Cancerígenas??? Oh Dios mio!!! Eso es horrible!!!
  • No, no, Bárbara, por favor,… no es eso. Son células buenas, sólo que no es normal encontrarlas ahí, ¿o sí? Bueno, ¿que mas da? Estás más sana que una pera. – Eso recompuso un poco a Bárbara, la cual se había quedado preocupada con lo que estaba contandole el profesor.
  • Creo que necesito que me explique un poco más. No estoy del todo segura de haberle comprendido. – De pronto Bárbara volvió a instar sobre una explicación que se hacía de rogar, cambiando su actitud hacia otra más sugerente y hasta se podría decir que provocativa. Se acercó mirandole fíjamente a los ojos del profesor. -- ¿qué vio?
  • Pues,… -- La mirada hipnótica de Bárbara descompuso al profesor y amilanó sus defensas. – Vi espermatozoides.
  • Como??? Cómo es eso posible??? Que alguien me lo explique!!! Espermatozoides en mi boca??? – Bárbara se indignó contundentemente.
  • Perdona Bárbara, a lo mejor estaba equivocado, pero es cierto que eso es lo que vi.
  • Ya, y ahora dime,… ¿Cómo demonios es posible que eso ocurra? A ver. Se supone que eres el profesor, ¿no? Quiero que me des una lección en toda regla que me aclare todas mis dudas.

El profesor no sabia si tomarse esa propuesta como una invitación en toda regla para hacerle una demostración real o una simple explicación bastaba.

  • Bueno, si quieres te explico cómo en la teoría eso es posible.
  • No, de ninguna de las maneras. Quiero una demostración práctica. Y no me marcharé sin que me la de. Y, por cierto – dijo Bárbara suavizando su tono de voz – además de en la boca, ¿dónde más pueden encontrarse espermatozoides en el cuerpo de una mujer?

Aquello era demasiado y superaba el límite de lo que libidinosamente se podía soportar sin una soberana erección bajo el pantalón. El profesor estaba irguiendo su vara del placer en pro de Bárbara, que deseaba ser aleccionada en tales conceptos concernientes a la biología de la especie humana. Su cabeza le decía que debía reprimirse, pero su instinto le decía que tenía que mostrar a aquella estudiante todo lo que ella quería aprender.

  • Bárbara, no te vas a marchar de aquí sin haberte enterado bien de la lección práctica que te voy a dar. Me complacerá muchísimo aclararte toda suerte de dudas que puedas tener.
  • Mmmm,… eso espero, aprender mucho.
  • Lo primero es preparar los sistemas,… -- El profesor se acercó a Bárbara y le propinó un directo y soberano morreo con el que le recorrió toda su boca, sin dejar ningún rincón alcanzable por ser explorado con su lengua….
  • Esto,…. Es …. ¿preparar los sistemas? Pues quiero engrasarlos ahora mismo – Y Bárbara se enchufó de nuevo a la boca de su profesor y sentir cómo su ya palpitante coño se iba dilatando y abriendo como una flor con semejantes besos exultantes de lujuria destilada.
  • Este es mi sistema… -- Dijo el docente sacando de su pantalón una verga completamente enhiesta -- con este rabo te voy a mostrar todo cuanto necesiten aprender todos los rincones de tu cuerpo.
  • ¿Qué lección viene primero, profesor? – Dijo Bárbara con fingida picardía.
  • En primer lugar hay que hacer que ese delicioso coño esté ávido por sentir una polla bien tiesa…
  • Mmmmm,… y eso ¿cómo se consigue?
  • En primer lugar acariciando estas deliciosas tetas que tienes bajo la blusa…. Mmmm…. Qué maravilla,… qué pezones,… mmm,… ya turgentes… En segundo lugar chupandolos,…

Bárbara se despojó de la blusa con parsimonia, intentando subir la fiebre lujuriosa de su profesor, una fiebre que iría subiendo de manera monótona sin más estímulo que el discurrir del contacto cuerpo con cuerpo. Los pechos de Bárbara quedaron visibles a los ojos del profesor, quien se arrojó hacia ellos en pos de lamer y besar los pezones sin no antes hacer una breve parada en la boca de ella para entrecruzar de nuevo sus lenguas.

  • Estos pechos ya tienen una ración de deseo en su piel,… ahora viene tu vientre,… mmmm. Me encanta besarte,… mientras te palpo con descaro, mientras te observo con deseo,…. Bárbara, has despertado mi deseo y ahora verás,… verás cómo sigo descendiendo hasta donde tu te impartiré tu primera lección. Mmmm… que bragas más húmedas,…. ¿porqué serán que están empapadas? Creo que tu coño ya necesita una polla bien dentro,… pero eso no va a impedir que recibas tu lección.
  • Siiii,… quiero una polla dentro de mi,… pero antes quiero saber.. mmmm
  • Yo si que saboreo los flujos de tu vagina caliente,… dios mio,… nunca había visto un coño tan chorreante como el tuyo.

El profesor se dedicó a frotar con su lengua todos los rincones de la cueva del placer de Bárbara,… frotó con descaro su ingle,… lamió toda la vulva, desde el periné hasta donde acaba el clítoris, lentamente, recreándose, haciendo que Bárbara emitiese lánguidos jadeos.

  • Mmmmm, profe, dame más lección…
  • Aún no he acabado con la primera lección….
Acto seguido lanzó su boca en pos de succionar sus labios menores, estirandolos ligeramente, mordisqueandolos con cariño mientras su lengua los saboreaba. Arremetió contra su clítoris, bañándolo con los fluidos emanados y tornándolo en turgente con agradables caricias. En ese punto él aplicó su boca empapada en saliva y, a la vez que succionaba el epicentro del placer de Bárbara, jugó con el tacto de su lengua para propinarle excitantes caricias alrededor del clítoris. La raja de Bárbara estaba cada vez más y más palpitante, más y más abierta, ofrecida por completo a una polla que la follara de una vez. Pero quería completar la primera lección dejando tras de si un recuerdo en forma de orgasmo, por lo que aplicó sus dedos bien lubricados en la entrada de su vagina y lentamente empezó a fornicarla, sin cesar de otorgar caricias aceleradas y tenues a su clítoris con la punta de su lengua o con sus labios, que gustaban de pellizcarlo.

  • Mmmmm,… yyy… no me quiero correr aúnnnn,…. Acaba la lección,… no dejes que me corraaaaa…
  • Si no te corres aún te pondré a cuatro patas y te lameré todo tu sexo completamente…. Contaré un minuto y si no te has corrido aún tendrás eso…. Y luego tendrás tu segunda lección, con mi polla dentro de ti…

Bárbara se preguntaba de dónde demonios había sacado ese hombre tanto morbo, quería correrse, estaba ansiando dejarse llevar,… pero por otro lado quería que le comieran por detrás, pues nadie se lo había hecho nunca,… mmmm,… que delicia… pero esos dedos hábiles estaban haciendo que ese minuto se le hiciera muy cuesta arriba,… no correrse estaba resultando en todo punto difícil, pero tan, tan deseable,…. Estaba perdiendo los estribos literalmente, estaba necesitando sentirse más hembra que nunca, cuando él le dijo:

  • Muy bien, buena chica, venga ponte a cuatro patas que vas a saber lo que es verdaderamente placentero,…. Mmmm esto te va a gustar. – Acto seguido comenzó a lamer por completo el trasero de Bárbara, desplegando la lengua bien abierta y bien expuesta a todos los puntos erógenos que ella le ofrecía.
  • Mmmmm,… uffffff….. mmmm. Que placer, dios mio.
  • Eso es lo que quiero que sientas,…. Que te derritas completamente con mis caricias,… jadea lo que necesites,… dejate llevar… -- Dijo mientras besaba sus nalgas sin dejar de follarla con sus dedos. De tanto en cuanto separaba sus gluteos y le propinaba una buena serie de lamidas que le arrancaban grititos de gusto.
  • Mmmmmm, aaarggghhhh…. Mmmmm
  • Córrete cielo,… vamos, correte y goza,….
  • Arrrhhhhh
  • Asíii…. Siente tu coño la sed de sexo eh??? Mmmmm pues vas a hartarte a fornicar en la segunda lección. – Aquella declaración era demasiado para Bárbara, deseosa ya de le follaran como dios manda.
  • Ahhhhhh,…. Ssisisiiiiiiiiiii mmmmmmmmmm

Bárbara yacía completamente exhausta tras ese contenido orgasmo,… Pero él no la dejó descansar… Su cimbrel se había introducido en su vagina recién exprimida y comenzó a bombearle suavemente, pues su clítoris estaba completamente excitado y necesitaba reactivarse. No obstante su coño pedía tener una polla bien dentro,… había empezado la segunda lección.
  • Quieres la segunda lección… En esta aún no te contaré dónde puedes encontrar espermatozoides en tu cuerpo,… pero si que aprenderás a gozar del placer prologadamente…
  • Mmmmm…. Siiii,… profeeee,… dame la segunda lección…
  • Te la daré de inmediato y gozarás, Bárbara,… gozarás…

miércoles, 13 de abril de 2011

Manto diabolico de lujuria y placer (Depravata)

Aquel día volviste pronto a casa,…por lo que decidiste arreglarte y dar una vuelta antes de ir a cenar,…El día había sido duro, demasiados problemas… preferías despejar la mente un poco. Nada como un paseo por la calle mojada, justo después de la lluvia…Que alentador aroma a aire fresco, húmedo y limpio,…Las gotas aún por caer de los tejados de las casas y los edificios,…aquel silencio nocturno que ahora se reproducía por el día, que permitía oir las propias pisadas sobre la calle,…El ambiente desde luego era propicio para relajarse y dejarse llevar. Sin duda te alegrabas de aquel paseo.

Poco a poco iba entrando en calor el resto de la civilización, pues cada vez se percibían más transeúntes por las calles,…algún que otro vehículo en movimiento que rompia el silencio original te sorprendía y te indicaba que la paz no iba a ser duradera para siempre. En algún momento esta tranquilidad debía desaparecer, te decías. Sin embargo eso no representaba ningún obstáculo para seguir tu caminar por la ciudad, ya entrando en penumbras, con esa luz que compensaba la pérdida de reposo por el incipiente despertar nocturno. Te sentías muy a gusto relajada, sola, andando sin más. Te dejabas llevar por ti misma a donde tu instinto de exploradora quisiera llegar. Decidiste no regresar a casa e y aventurarte allá donde el azar te llevara.

Los primeros neones revelaron que la entrada de la noche no se haría esperar demasiado, y el aumento del tráfico mostraba que la vida había por fin aparecido de manera definitiva. El murmullo de la urbe estaba despertando. Se veían a gentes marchando arropadas de un lugar a otro, con desplazamientos urgentes, por la posible lluvia que pudiera restar. Y de repente te distes cuenta, ante tu despistada distracción, de que la oscuridad de la noche había llegado.

Y allá vistes a tu demonio. Aquel con el que hacías el amor en tu sueños todas las noches y que se apoderaba de tus instintos. Fugazmente. Sólo un soplo. Y desapareció.


Cruzó un vehículo ante tus ojos y eso fue todo. Te sentistes turbada. Sólo era tu sueño. No podía estar allí. Eso te impulsó a seguir, pero esta vez con una misión entre las piernas. Te sentías algo alterada y nerviosa. Temblabas no se sabe si de emoción o de placer. Daba igual. Era tal el magnetismo que emanaba esa imagen que te capturó hipnóticamente y programó tu instinto para ir detrás de él. Tu demonio, maldito objeto de tus placeres.

Cruzaste la calle, intentando recuperar tu control para no ser atropellada ni tropezarte con nadie. Y llegaste allá donde creíste verlo. Sólo sentías una especie de vacío al no encontrar nada, una sensación de desasosiego con la que tenías que luchar, para retomar tu camino hacia él. Pensaste en el camino que él seguiría y marchaste decidida en su pos. Cruzaste calles largas, oscuras e iluminadas, silenciosas y ruidosas, perfumadas y malolientes, siempre con el reflejo de la lluvia matizando los colores nocturnos de la calle. ¿Sería un reflejo? No, pensaste, lo viste. Escudriñaste todos los rincones que él habría elegido para fornicar contigo…Pero no lo encontraste. Tus temblores iniciales dieron paso a una calma temporal y a un cierto estado de frustrada emoción…Sólo tus piernas eran testimonio de tus recientes emociones…
Finalmente abandonaste tu búsqueda, infructuosa búsqueda,…Pensaste que sólo era una ilusión de tu imaginación,…demasiado casual encontrarte con el hombre que enervaba tus placeres más íntimos, el único que comprendía por dónde querías ser amada y que sabía aleccionarte en la lujuria y en las pasiones. Regresaste de nuevo al mundo real, y pensaste que ya que estabas tan encendida, te merecías llevarte aquella noche a tu cama a un macho, el que más se pareciera a tu diablo penetrador, y también a una buena hembra tan viciosa como tu, como buen tributo para él.

El preámbulo de la vida nocturna ya había pasado, y elegiste un local conocido por ti para indagar en su interior. Te extrañó ver que la fachada no tenía la misma apariencia de siempre, pero seguías reconociendo a ese lugar como el que era antes. El vigilante de la calle era otro, y extrañamente te dejó pasar como si te conociera desde siempre. Ni te miró e hizo un ademán de saludo, mientras seguía mirando al frente, cazando al que no le gustara. El ambiente del lugar había sido remodelado…todo el local estaba alumbrado con una visible penumbra que permitía distinguir más detalles de lo que era normal.

Las gentes charlaban, reian, por doquier, mientras una música tribal que traspasaba el cuerpo bombeaba latidos de sonido al ambiente. Te fuiste fijando en las chicas, en los chicos,…muchos guapos, algunos bastante resultones,… ibas eligiendo tu caza y pensando tu estrategia para el momento, pero no tuviste elección….

Tu demonio estaba allí. Mirándote a ti. Te sobrecogiste. No podía ir lejos. No apartaste la mirada por miedo a perderlo. Tus piernas, tus brazos, tu corazón temblaban y se aceleraban, inyectados en adrenalina. La sabia droga del placer y de la excitación. No podías moverte, no querías. Querías saborear el momento, mareada por la emoción. No existía nada más. Tu eras de él. Tu le entregabas tu lujuria y sabiduría de zorra. No podía ser cierto. Tu demonio de ensueños encarnado frente a ti.

Mil escalofríos más recorrieron tu espalda, tu emocionada espalda al verle acercarse. Tu momento. Te seguía mirando. Te sentiste lánguida y débil. Desnuda. Poseida con la mirada. Deseada hasta lo más profundo. Arrebatada de voluntad. Imposible dejar de observar aquellos ojos, inteligentes y perversos, que todo lo podían de ti…sin rozarte. Su aproximación…eternamente deseada, su boca…mmm, su boca. La tenías por fin delante de ti, entreabriéndose,…lentamente, como en tu sueño,…abriéndose más, para ti, sólo para ti, hipnotizada,…ofreciéndote la lengua, que no evitaste saborear…tu primer contacto con él…como lo habrías hecho con una mujer,…el sabio diablo que averigua todas tus apetencias y deseos,…tuyo.

Se apartó unos centímetros, que a ti te parecieron millas, para acercar sus manos a tu cuerpo, y tantearlo sin roce alguno, sin palabra alguna,…lo notabas deseándote y magreándote a distancia, eso era el poder de Satán. Maldito demonio telepático del que no se puede escapar. Ni en sueños te escapas a su influencia. Por encima de tu ropa notabas cómo accedía hábilmente a tu sexo, húmedo sexo, mientras te miraba con dominio y lujuria. Su dedo hacía pequeños círculos en torno a tu empapado coño, rotando en un masaje enloquecedor alrededor de la abertura de tu cueva, todo sin desnudarte, sin quitarte ninguna prenda, manteniendo la máxima de las intimidades.

Y te metía su arqueada lengua en tu boca, recorríéndo tus encías, las comisuras, mientras tanto, no sabes cómo, te lamía tu excitado cuello. Lengua que se convertía en falo del diablo en cuando uníais vuestras bocas, exquisito cipote que se convertía en lengua y que no podías resistirte a mamar. Boca que era capaz de convertirse en sexo femenino a tu contacto, o en boca de mujer,…Un beso de éxtasis…que logró culminarte.

Tu demonio había venido a visitarte y te llevó hasta un lugar más apartado,…los aseos de hombres…primero quería saborearte los flujos de tu orgasmo, allí delante de todos los que pasaban,…te sentías una ramera, una zorra que sólo ansiaba sexo, …Tu demonio te había quitado el abrigo, bajado las medias y las bragas, y tu, apoyándote frente al espejo pusiste el culo en pompa para que él te lamiera,…te pareció sublime,…la mejor lengua que jamás había acariciado tu raja caliente,…abrías la boca jadeando escandalosamente, suplicando más placer,…su boca, alrededor de tu cueva, parecía no tener fin, ni en extensión ni en duración,…la única lengua que pudo encontrar capaz de penetrar ano y lamer tu clítoris,… Entonces no te pudistes contener,…lanzaste tus chorros de orina caliente sobre el rostro de tu amado diablo, quien recibió tamaño regalo con una soberana carcajada,…Te sentías liberada y a la altura de las ninfas del infierno, como ascendida a una mayor categoría de puta,…Cuando acabaste de chorrear, suspiraste con más deseo…Y justo después tu demonio se irguió…lo viste a través del espejo,…Te penetró en tu chorreante coño con su inhumana verga,…sin contemplaciones, y vistes cómo te fornicaba desde atrás y su gesto de alma bombeadota…Se paraba y te arremetía una y otra vez,…sentías su capullo hincharse en tu vientre, estimulando hábilmente tus paredes vaginales de una manera imposible,…y así arrancó tu segundo orgasmo…Mientras en el baño, varios chicos se estaban masturbando sin que tu te dieras cuenta, … Hecho que no pasó desapercibido para el follador de tu diablo.

De repente él desapareció,…te dejó sola, indefensa frente a aquellos enardecidos machos,… tu instinto de concubina de Satán te instó a recoger mieles de placer da aquellas vulgares pollas humanas,…las lamiste como la mejor de las perras,…los hombres se retorcían de placer contigo,…mostraste toda tu maestría de puta, chupando tantos capullos, rodeándoles con tus labios y palpándolos con el frenillo de tu lengua, proporcionándoles un placer tan elevado como infernal.

Y gozabas de manera incontrolada, mamando y lamiendo,…y te llegó el tercer orgasmo a la vez que varios chiscates de semen salieron arrojados de aquel número indeterminado de vergas,…y otra oleada de leche, y otra,…a cada impacto, tu placer se hacía mayor, saboreabas el semen desparramado sobre tu cara y tu boca, tus pechos, tu vientre…los gritos de placer simultáneos simularon una oda a lucifer….

Y allá volviste a ver a tu demonio, agitando su venoso cipote hasta ti de nuevo, arrodillada. Esta vez saltaste sobre él y te pusiste a horcajadas, elevándote una y otra vez, con todo el cuerpo encubierto por corridas de macho, recibiendo todavía por tu espalda alguna corrida traicionera de alguien rezagado…tu presentabas tu lengua ante la posibilidad de atrapar al vuelo alguna gota de ese nuevo carajo. Gemías de puro placer, de puro éxtasis,..

Mientras follabas con tu diablo otra vez, fuisteis transportados al aseo de las féminas,…poco a poco el representante de Satán que te fornicabas iba hipnotizando a todas las mujeres allí presentes,…sentían todas deseos de adorarte y de que compartieras el semen del que estabas vestida, … varias lenguas iban recorriendo tu cuerpo en búsqueda del néctar masculino,…mientras todas ellas se iban convirtiendo en fulanas, que sólo te buscaban a ti,…te besaban, te acariciaban,…se convertían en sumisas esclavas tuyas,…abandonaste a tu demonio para ir con ellas y sentir el embrujo de ser palpada por gentiles dedos, manos, bocas, y de recibir ese baño de caricias,…una sensualidad extrema que hizo que se te erizara la piel y que consiguieras la excitación extrema…Qué dulzura. Te sentías envuelta en sábanas de seda, embrujada por la pasión…
Y despertaste. Allí en tu cama. Soñaste otra vez con tu diablo. Bajo un manto de lujuria y placer. Y seguiste durmiendo plácidamente, Bárbara, esperando volver a encontrarte en el mundo de los sueños con ese alma que embruja perdidamente.


martes, 12 de abril de 2011

La conquista de la libertad. Capitulo V-final. (Tactile Erotico - Verbastimulu)

Hermandad

El caballero del halcón, tras acariciar tiernamente el rostro de Barbara durante unos instantes dulcemente dilatados, en el que los ojos de ambos permanecían en constante conexión, comenzó a recorrer el cuerpo desnudo de su amante con las yemas de sus dedos, sin prisa alguna, con el dorso de su mano, con parsimonia y con elegante lentitud, arrancando de Barbara de esa manera los suspiros de sus ojos, y dejando una estela de piel erizada tras de si.

Los hábiles dedos memorizaban el contorno de sus senos, pellizcaban traviesos sus pezones, caracoleaban por su espalda, y acercaban boca contra boca, tomándole a ella por la nuca, haciendo que cerrase sus ojos y volviera a dejarse llevar por la magia de los besos, de las lenguas danzantes, de los labios sellando la fuga de la pasión. Esas manos y esa boca de hombre le despertaban el deseo, sin remedio alguno. Su rubor delataba que su hambre no había sido saciada aún. Pero su caballero no mostraba prisa alguna por volver a tantear sus sentidos, quería saborear todos y cada uno de los puntos erógenos de su piel y de sus entrañas… acariciaba con habilidad el sexo nuevamente húmedo de Barbara e introducía su sabor en su boca, mientras la miraba fijamente y bebia su esencia femenina una y otra vez, mientras la tocaba, mientras la palpaba y provocaba que su sexo se hinchase, mientras pellizcaba con suma dulzura sus mojados labios menores, mientras dispersaba su lubricación por todo su coño, mientras Barbara comenzaba a jadear.

La llama volvía a estar encendida, el fuego de la pasión había sido invocado de nuevo, la incandescencia de la indecente lujuria se personificaba en la verga de él y el coño desplegado y húmedo de ella. Las miradas se empleaban como código para el diálogo y hablaban de lamer y succionar sexos, ávidamente, mutuamente. Por eso acabaron unidos en la postura de piscis, donde cada uno podía contemplar el aparato fornicador del otro, chuparlo, beberlo, rozarlo con la lengua desplegada, besarlo, saborearlo, mientras sentía su propio placer en boca del otro.

  • Me encendeis de lujuria, caballero, ¿Qué teneis?
  • Tengo la pasión que vos me provocais, ¿no la sentís en vuestra boca?
  • Mmmm,… si, la cato, igual que vos empezais a conocer a la perfección los repliegues de mi coño, abierto para vos… mmmmmppfff
  • Quiero cabalgaros de nuevo….
  • Y yo lo estoy deseando, tomadme…. Hundid vuestra vara dentro de mi otra vez, y no ceseis,… arrastradme hasta donde todo mi cuerpo se inunde de placer….

El caballero del halcón se alzó sobre la grupa de Barbara, su hembra en estos momentos, y presentó su capullo hinchado en la entrada de su coño, calido en su entrada, mientras ella tumbada boca abajo, miraba de reojo hacia atrás con los labios y los ojos entreabiertos, poseída por la sed de sexo, de sed de deseo, por la necesidad de sentirse poseida, por la imperiosa fuerza de ser una puta, de comportarse como una lujuriosa fulana y absorber todas y cada una de las embestidas de su macho acompasándolas con descarados jadeos, liberando con gritos sus ansias de fornicar como una zorra, de desear tener una polla en sus entrañas…

  • Joded a esta puta como se merece, folladme y decidme que soy vuestra furcia…
  • Sois no una puta,…. Mmmmm,… sois para mi la reina de las fulanas… vuestra almeja tiene hipnotizado a mi falo que no cesa de querer entrar y salir de vos…. ¿sentís cómo chorrea mi polla? ¿Sentis mi polla en la entrada de vuestro coño? ¿Quereis sentir la tersura de mi capullo en vuestro clítoris? ¿Así, como ahora mismo?
  • Sois un cerdo, igual que yo,…. Seguid dandome gusto en mi clítoris…. Me gusta…. Me gusta porque soy muy puta,… porque soy una zorra que siempre quiere follar,…. Seguid torturandome…. Condicionadme hasta que esté cerca de volverme loca… enchufadme vuestro nabo cuando me veias que si no lo tengo dentro enloquecería…. Y luego….. mmmmmppppffff
  • ¿Y luego? Luego os joderé y arrancaré vuestros gritos y jadeos…. Y os lameré el chocho con mi lengua bien abierta, para palpar tanto como pueda, y saciar así mi sed de vuestro sabor,…. Mmmm,… vuestro sabor me enloquece también.
  • Ya estoy necesitando sentiros…..
  • Aún no….
  • Folladme, por favor….
  • Sentidme….
  • Os siento…. Mmmm…. No me hagais enloquecer,…
  • Eso es lo que quiero…. Incrementar vuestro placer hasta que esteis a punto de explotar… vuestro culo está dilatandose…. ¿querreis que os lo folle también?
  • Mmmm…. Siiii…. Cabrón…. Siiiii…. Quiero que me folleis todo lo que podais follarme…. Ahora quiero dentro vuestro rabo…. Necesito vuestro rabo dentro de mi…. Lo suplico…. Acabad con esta tortura de placer….
  • ¿Así? ¿Metiendo mi rabo así se acaba la tortura de placer?
  • Siiiiiiiiiiiii….. mmmmm…. Ahora jodedmeeeeee
  • ¿Quereis que os joda fuerte?
  • Siiiiiiiiii,…. Entregadme toda vuestra fuerza de macho…. Cabrón…. Jodeme como un salido cabrón….

Barbara empezó a ser bombeada por el rabo del caballero mientras yacía boca abajo… y mientras su cuerpo se convulsionaba una vez y otra vez, sintiendo que era muy puta, disfrutando de la lujuria, fornicando como una zorra haría,… corriéndose y alzando un grito de éxtasis a su vez… necesitaba sentirse fornicada por su culo, por su boca…. Por eso no reparó en la polla que de súbito se le presentó en su boca y que por la excitación del momento se apresuró a chupar desaforadamente. Mientras tanto su caballero seguía embistiendo sus nalgas sin ningún género de contemplaciones. El placer de Barbara se multiplicaba con dos vergas para ella,… en cuanto fue consciente de la situación, se sacó la polla de su boca y alzó la mirada para ver al propietario de aquel rabo y se tropezó con la mirada de su caballero. Era él. Entonces, la duda de quién le fornicaba le asaltó y para su sorpresa ahí estaba él también, con quien también cruzó una mirada lujuriosa….

  • Somos gemelos -- , dijo el caballero del halcón que estaba de pie,.. -- ambos te hemos follado ya y a ambos nos conoces ya. Hasta en eso somos gemelos…. Y ahora sigue saboreando mi polla,… so puta,… me fascina que seas tan zorra….mmmm…. así…. Toma mi rabo entre tus labios y jodelo con tu boca…. Mientras tanto disfruta del cimbrel que mi hermano te mete por tu coño de furcia.
  • Sois unos cabrones los dos…. Me matais de gusto… seguid jodiendome,… quiero ser la puta de los dos….. mmmmm,… quiero rabo y más rabo, polla y más polla,…. ¿A que soy puerca?
  • Mmmmm,…. Nos encanta que lo seas,… nos fascina cómo devoras nuestros pollones y cómo tu coño engulle nuestros nabos…. Eres placentera….
  • Mmmmmfppppffff…. Seguid hablandome así…. Decidme lo guarra que soy…
  • Y desmesuradamente zorra…. Salida….mmmm….. viciosa….. esa cara de placer…. Ese gesto expniendo tu culo para que un rabo te lo folle…. mmmmffff
  • Hijo de puta…. Me vas a hacer que me corra con tus calificativos…. Mmmmmm…. Jodemeeeee,…. Jodemeeeee…. Bien fuerte… clava y hunde tu polla hasta lo más hondo de miiiiiiii, vacia tus huevos en mis entrañas…
  • Tu si que eres una puta viciosa….. mmmm toma rabo…. Toma… saciate con mis embestidas….
  • Siiiiiii….. mmmmmmmm…… aaaaaaaaahhhhhhh….. jodidooooooo…..Me corrrooooo…. Ahhhhhhhh….. ahhhhhhhh…… uuuummmmmpppfpffff

Barbara alcanzó un soberano orgasmo y sin dejarle apenas tregua para que se recuperase, uno de los gemelos se sentó en el arcón, la alzó y le clavó su polla quedando ella sentada sobre él y dándole la espalda, para así tener fácil acceso a mamar la polla de su hermano. EL disfrute de Barbara era inconmensurable, por lo inesperado del encuentro y de la situación y el morbo que le suscitaba tener por primera vez dos magníficos ejemplares de macho para ella, fornicando incansablemente. Su boca engullia con sed la polla de uno de ellos mientras el otro le metía y sacaba su rabo frenéticamente de su coño, con sus piernas abiertas…. El rostro de Barbara reflejaba el mayor de los vicios,… En ocasiones el hermano que era felado se agachaba para comerle el coño a Barbara mientras su hermano la follaba… le agarraba las tetas, le succionaba los pezones,… le acariciaba el clítoris…. Y así, enloquecida por completo alcanzó un nuevo orgasmo….

  • Arrgggg…. Me estais convirtiendo en más puta de lo que ya lo era… soy vuestra furcia…. Haced conmigo lo que querais…. Seguid follandome con vuestros rabos….
  • Así haremos,… mmmm,…. Monta,… hunde tu coño en mi polla y cabalgame…. Aún no hemos acabado contigo…
  • Mmmm…. Me pone que seais tan viciosos como yo…
  • Y unos salidos…. Mmmmm…. Tus gemidos nos ponen de lo más cachondo…
  • Jodedme los dos a la vez hijos de puta
  • Mmmmm…. ¿Quieres sentir un rabo en tu coño y otro en tu culo? Eres maravillosamente furcia.
  • Siiii,…. Mi culo está abierto para ti…. Necesita que le enchufeis una de vuestras pollas…. Chupame los pezones,… llamame guarra,…. Mmmm…. Como me gusta follarrrr,…. Como me gusta que me jodannnn….
  • Toma mi polla… ya está mi capullo empezando a taladrarte, ¿lo notas?
  • Sii…. Mi ojete se abre a su paso… despacio…. Mmmm…. Quiero sentir cómo mi esfínter se abre con tu polla…
  • Clavate tu… clavate puta en mi polla…. Mmmmm joder….
  • Que gusto me dais…. Sois unos demonios, unos demonios folladores que me matais de gusto…
  • Mmmm… tus nalgas me embriagan,… me ponen salvajemente cachondo… tu espalda,… tu expresión de lujuria… tus piernas….tus cabellos rubios,… La vision entera de ti me enciende y me agita la lujuria que brota sin cesar de mi, de mi polla…. Mmmmm arrrrgggg…. Toma rabo, putaaa… mira y siente cómo se hunde dentro de ti una y otra vez….
  • Seguid jodiendome, no pareis,… no pareissss…. Quiero joderos a los dos,… quiero exprimir vuestros huevos,….
  • Correte de nuevo puta…. Correte hasta convertirte en ninfómana…. Hasta que te chorreen tus jugos por el coño…
  • Dadme con fuerza… folladme los dos…. Ssssiiiii, como os siento…. Mi coño y mi culo están enloquecidos…. Mis pechos magreados, mi boca besada incesantemente,… me siento muy puta y me gustaaaaaa,.. soy muy putaaaaaa…
  • Córrete cerda…. Demuestra lo zorra que eres…..
  • Mmmmm…. Siiii…… me corro si me prometeis…. Mmmmmmm
  • Si prometemos ¿qué? Mmmm toma, y tomaaaa
  • Si prometeis que enseguida que me corra me bañais los dos con vuestro esperma, mmmm,…. Como me pone eso de cachonda,… que me lancéis vuestro semen chorreante sobre mi,…. Mmm, joderrrr….
  • Prometidooooo,…. Puta, vas a hacer que nos corramos dentro de ti si nos sigues diciendo esas cosas…..
  • Correros y luego os lamo vuestros rabos,….. mmmmm,…. Como me estais poniendo,… mi chocho destila jugos sin parar……
  • A ver quien se corre antes que quien….. siente nuestras pollas fornicarte….. mmm…. Aaarrrffff….
  • Me voy a correrrr…. Siiiiiiii….. ummmmm….. preparad,…. Preparad,….. mmmmm… vuestras pollas…… siiii,…. Jodedme mássss,….mássss……
  • Córrete …. Quiero ver tu cara de placer….
  • Siiii….. siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii…. Siiiiiiiiiiiiiiii…. Mmmmmmmmmm pfffffffffff…… aaaaaaammmmmm
  • Asiiii, puta,… así….
  • Mmmmmmm….. cabbbbrrrrrooonnnn, mmmmmm ssssssssssssiiiiiiiiii ahhhh ahhhhhh aaaaaaahhh…..
  • Disfruta de correrte con dos rabos dentro de ti….
  • Mmmmmm….. aaahahah ahahahahaha….. mmmmmm
  • Gime zorra, gime……

Barbara se derrumbó en un orgasmo impresionante, largo e intenso que hizo que sus ingles no cesaran de palpitar, y sus pechos se empitonaran indecentemente. Sin tener completa conciencia del momento, aturdida por el climax, con el sexo aún inflamado y ardiente, sus machos la seguían follando y follando como cerdos, con sus pollas cada vez más al borde del derrame,… hasta que ambos se alzaron y presentaron sus rígidos miembros ante los pechos y cara de Barbara quien los succionó ávidamente, mirando fijamente a los ojos de los caballeros del halcón.

  • Dadme vuestra leche cabrones,… correos….
  • Mmmmmm siiiiii….. sobre una puta nos corremos,… Sobre una puta viciosa….. aaargggggggg……. Mmmmmm

Los chorreones de lefa eran tremendos,… caian sobre el rostro de Barbara y chorreaban por sus tetas, por su vientre y caian por entre sus ingles, cubriendo de más lujuria el delicioso cuerpo de la mujer que les hacia gozar. Ambos terminaron al unísono, como buenos gemelos… Barbara les vaciaba con su boca los restos de esperma, tras la salvaje convulsión de los machos.


FIN